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Coprofagia canina

  • Vionette Estrada Vega
  • 26 sept 2016
  • 4 Min. de lectura

Coprofagia canina Una molesta costumbre

La coprofagia es el nombre técnico que se le da al consumo de excremento por parte de un animal. Representa una queja común por parte de los dueños. Además, existe poca investigación sobre este comportamiento. Con el fin de proporcionarte información relativa a este fenómeno, hemos tomado una investigación basada en varios factores: la incidencia de la conducta en la población canina, la edad de ataque, edad de desaparición, y otros datos cruciales para estudiarla. Causas y tipos Respecto a las causas, puede ser debida a varios problemas médicos tales como la insuficiencia pancreática, la pancreatitis, las infecciones intestinales, el síndrome del malabsorción o el exceso de alimentos excesivamente grasos. Sin embargo, en la mayoría de estos contextos, otras señales junto acompañan al hecho de ingerir las heces, particularmente la diarrea. La coprofagia se presenta normalmente con un aspecto de poca importancia unido a esta serie de dolencias. Se establecen tres tipos de coprofagia. En primer lugar, está la autocoprofagia, es decir, cuando se trata de un perro que se come su propio excremento. Por otro lado, encontramos la coprofagia intraespecífica, que se refiere a un ejemplar que ingiere la materia fecal de otro dentro de su propia especie. Por último, hallamos la coprofagia interespecífica, aquella en la que el animal se come las heces de otra especie. Posibles explicaciones Estas son algunas de las razones que esgrimen los expertos: * Buscando la atención: cuando el perro practica la coprofagia, el dueño tiende a retarlo y por consiguiente, le presta atención. Esto puede ser una secuela de una enfermedad que tuvo como síntoma la coprofagia. Una vez solucionada la dolencia, es posible que el animal continúe con la costumbre de comer heces con el objetivo de recibir la atención del dueño. Esto es improbable en animales bien tratados. * Conducta de Alelomimética: el perro observa al amo recoger el excremento y aprende de ti a levantar la materia fecal. * Conducta sabia: es posible que el can observe a otros de su especie llevar a cabo este comportamiento y les imite. De tal modo, desarrolla el aprendizaje de otros perros dentro de la casa o de vecinos. * Conducta maternal: una perra que acabe de dar a luz, practicará la coprofagia con sus cachorros. Se trata de una conducta muy normal que atiende a varias teorías. Una de ellas afirma que la madre lo hace para mantener el lugar lo más limpio posible, es decir, una práctica higiénica que en estado salvaje aleja a los depredadores. Otra hipótesis señala que esta actividad forma parte del estímulo necesario para desencadenar los reflejos de micción y defecación en los recién nacidos mediante el masaje en la zona. * Conducta de la dominancia: se han dado casos de perros sumisos que consumen el excremento de los más dominantes dentro de la misma casa. Hay otros ejemplos en la naturaleza donde los miembros dóciles de un grupo desarrollan estas prácticas. * Refuerzo: algo al comer el excremento refuerza la conducta como, por ejemplo, el sabor. Concretamente dentro del tipo interespecífico, los perros consideran el excremento de los gatos como un bocado suculento. * Frecuencia y calidad del alimento: muchas personas sólo alimentan al perro una vez al día, otras postulan que a los canes se les debe administrar comidas múltiples a lo largo del día y otras no establecen una frecuencia determinada. Es importante que los alimentos balanceados que le compres sean de reconocida calidad. Al margen de que una falta de fibra en la dieta podría derivar en coprofagia, nuestra mascota puede comenzar a practicarla como costumbre para complementar su horario de comida y cumplir esta necesidad. Variedad de tratamientos Si la coprofagia persiste, lo más recomendable es que acudas al veterinario para que compruebe el estado de salud de tu perro y determine cómo hacer que la coprofagia sea simplemente un episodio pasajero. No obstante, aquí recogemos algunos de los tratamientos e indicaciones más frecuentes: * Tiernizadores de carne (enzimas digestivas): algunas personas agregan enzimas a la dieta de un animal coprófago. La sospecha es que estas enzimas funcionan mal y llevan a que el perro ingiera su excremento para conseguir una entrada apropiada de nutrientes. Sin embargo, otros informes avalan este método. * Prohiba (TM) (R) o similares: éste es un suplemento de polvo agregado a la comida del can. Lo que producen es un mal sabor en las heces, si bien su eficacia no se ha demostrado de forma definitiva. * Aversión al sabor: este es el tratamiento más común para la coprofagia. Se aconseja a los dueños que pongan una especia o salsa, preferiblemente picante, en el excremento de sus perros. Previamente, debemos hacer que nuestro perro huela esta sustancia e intente ingerirla, así asociará su olor particular con el sabor desagradable de la misma. Debe usarse todo el tiempo para lograr mejorar esta conducta. Cada excremento debe tener salsa picante u otro aditivo cuyo paladar no tolere con gusto. Fuente: http://mascotas.facilisimo.com/coprofagia-canina_185678.html


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